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Mientras el país se destejía y la presencia del miedo se instalaba mediante frenesís absolutos, las acciones contra dictadura del Colectivo de Acciones de Arte (CADA), persistía en frente, transformándose en una fuerza política capaz de resistir poéticamente a los nudos del tiempo.

Desde un espacio social y también estético, la denominada escena de avanzada, instalaba las posibilidades del arte en un ambiente políticamente grave. Un estado de amenaza permanente hacia la intimidación, la censura y por supuesto, el ataque.

Sin embargo, la potencia de lo colectivo impulsa y (re)configura, articulando manifiestos y estrategias que evidencian la urgencia por el compromiso común para una defensa pública.

En este mismo sentido, es que el CADA intensifica una práctica relacionada a discursos cotidianos con un enfoque simbólico, desde donde se puedan abrir mensajes y hacer correr imaginarios críticos.

La obra “No Más” implica una determinación. Un fallo, un grito general con sabor a desesperación pero a la vez, corajudo y fibroso. Haciendo de una pequeña y calculada frase, una señal sobre la insoportabilidad de la situación y con ello, la acción por levantar maniobras simples y elocuentes que atraigan la revisión de los formatos de protesta y expresión popular. Situándonos en una referencia histórica desde donde es posible avanzar.

En tanto, se entreteje un proceso complejo y minucioso, llevado a cabo por una producción consciente de las veladuras y aperturas que entregan las tensiones del contexto.

Expándiendose, hasta la actualidad, en nuevas re-presentaciones del arte que circulan históricamente por transcursos supervivientes.

En tanto, la contingencia nos moviliza por usos y funciones que varían según la necesidad, habilidad o deseo. Incorporándose a un universo de técnicas variables, en donde la obra en sí se recarga (como es el caso de un nuevo medio como el tapiz) de traducciones, sin perder la claridad de la imagen y la lucidez de su discurso.